Este sitio fue creado como herramienta y espacio de trabajo para alumnos de la materia Epistemología de la Comunicación de la Licenciatura en Comunicación Social de la UNR. En el mismo se pretende que los alumnos se apropien de los distintos recursos que provee la web para la realización de un trabajo especial sobre las jornadas McLuhan - Rosario 2011 - "Soy un investigador que arroja sondas....No explico, exploro..." -

jueves, 25 de agosto de 2011

INFORME JORNADAS "100 AÑOS MCLUHAN"


UNR - Facultad de Ciencia Política y RRII
Comunicación Social
Epistemología de la Comunicación (Comisión Noche)

Integrantes:
Navone Ariadna
Nigro Melina
Toledo Lucía


El eje en el cual se centrará nuestro trabajo es el tema “Tecnología y cultura en McLuhan”, trabajándolo a partir del desarrollo de ideas que nos parecen fundamentales para entender la conexión entre la teoría de Mcluhan y la incidencia de ella en los ambientes mediáticos y culturales actuales.
A partir de esto, centraremos nuestra atención en la contraposición entre la
s “antiguas culturas” (entendidas como “la cultura verbal” y la “cultura letrada”) y la llamada cultura tecnológica. Es decir, aquella en la que preponderan la mecanización –la traducción de la naturaleza a formas ampliadas y especializadas-, la tecnología y el desarrollo y evolución de estas últimas a las conocidas como “nuevas tecnologías”.
Siguiendo en esta línea desplegaremos un paralelo entre lo que el autor canadiense define como medios eléctricos (radio y televisión, por ejemplo) y nuevas tecnologías (Internet y redes sociales).
1) Cultura letrada y cultura tecnológica: transición a una nueva era
El rol de la escritura como materialización del lenguaje es fundamental para comprender el proceso de transición entre las dos eras: la de explosión y la de la implosión. El camino entre estas dos etapas es visto a menudo como un transcurso caracterizado por la ilustración y la iluminación de la conciencia: antes de la escritura la humanidad “estaba sumida en la oscuridad”. (Marshall McLuhan en Contraexplosión)
Es menester destacar también, que en un principio la palabra desempeñaba un rol relevante en una cultura en donde la obra de Gutenberg no acaparaba toda la atención. Dice Mcluhan: “la palabra hablada fue la primera técnica por medio de la cual el hombre pudo desprenderse del ambiente que le rodeaba para captarlo de un modo nuevo”(Marshall McLuhan en La compresión de los medios como las extensiones del hombre:87). En este sentido, los juglares y los trovadores fueron personajes que a través de su voz y sus narraciones orales daban a conocer a la sociedad todo lo que acontecía, al tiempo que entretenían y creaban cultura: para oír a un juglar, por ejemplo, la gente se concentraba en las plazas. Esto implicaba una comunión entre los habitantes, por lo tanto significaba también la idea de una conciencia colectiva y compartida, así como el establecimiento de lazos más estrechos que los de la sociedad actual.
Con la aparición de la palabra escrita, materialización del lenguaje hablado, esto se atenúa. Se produce una conjunción e hibridación de lo oral y lo escrito. Se entiende por hibridación, un proceso por el cual dos medios se integran y se complementan simultáneamente en la construcción de un solo mensaje.( Marshall McLuhan en La compresión de los medios como las extensiones del hombre: 85) Siguiendo ésta línea, podemos afirmar la veracidad del axioma del autor, “el medio es el mensaje” (Marshall McLuhan): la constitución de un mensaje determinado implica la acción de varios medios, como una orquesta. Esos medios, integrados unos dentro de otros, no desaparecen, sino que se transforman el mensaje propiamente dicho. Esta idea, presupone la creación de nuevos ambientes que absorben al ambiente anterior. (Marshall McLuhan; Ibídem). El viejo ambiente no es destruido sino modificado, reelaborado y condicionado para la nueva situación.
Volviendo a la cultura letrada, aunque haya significado una evolución del pensamiento humano y la apertura hacia nuevas posibilidades culturales, también ofrecía limitaciones. Es necesario que los que quieran gozar de ella y de todos sus beneficios estén alfabetizados. Teniendo en cuenta la época en que se desarrollaba, la idea de que todos supieran leer y escribir era remota. La escuela era un espacio restringido, sólo los pudientes y los hombres podían ingresar. De esta manera, la ciudadanía era una condición excluyente.
Con la aparición de los medios masivos se abre la puerta de entrada a la era de la cultura tecnológica, donde tanto los bienes de consumo como los bienes culturales y los derechos, como la educación –siguiendo con el ejemplo anterior- están masificados. El aula y la educación popular tal y como la conocemos es para Mcluhan producto de la mecanización de la escritura.(Marshall McLuhan en Contraexplosión). La mayoría, para no decir la totalidad de las personas, están instruidos: saben cómo manejarse, cómo utilizar los instrumentos que la cultura tecnológica pone a su disposición.

“Durante las eras mecánicas prolongamos nuestros cuerpos en el espacio. El hombre enseguida se siente fascinado por cualquier extensión suya en cualquier material diferente de él”, dice Mcluhan(Marshall McLuhan: 25) A nuestro modo de ver, las prolongaciones son extensiones mecanizadas de nuestro cuerpo en tanto y en cuanto cumplen funciones similares a las de nuestros órganos. Surgen motivadas por la necesidad de ahorrar energía, tiempo y esfuerzo. Por ejemplo, el auto o la rueda como extensión de nuestros pies, la pala mecánica como extensión de nuestros brazos, el martillo como extensión de la mano, etc. (Marshall McLuhan, Ibídem)
La categoría de prolongaciones puede extenderse también a elementos creados desde las redes sociales y los nuevos medios. Podemos citar como ejemplo el caso de la foto de perfil en Facebook como extensión del rostro y la personalidad: mostramos lo que queremos resaltar de nosotros mismos, incluso cuando la fotografía sea de un paisaje o un símbolo significativo para el usuario.(Paula Drenkard en “Esa “Imago” en la pantalla: las fotografías del perfil de Facebook como extensión / expresión del rostro”)
En la era eléctrica, en la que nuestro sistema nervioso central se encuentra técnicamente prolongado o ampliado, tenemos que participar profundamente en las consecuencias de todas y cada una de nuestras acciones. Ya no es posible que adoptemos el papel distante y desprendido de la era anterior, o estar ajenos a ciertas cuestiones (Marshall McLuhan en La comprensión de los medios como las extensiones del hombre). Se habla entones de implosión: la sociedad se vuelca a sí misma, reflexiona sobre las problemáticas inherentes a ella. Además de crear estos nuevos dispositivos, es necesario que los controlemos y regulemos para generar un ambiente y una situación armónica y equilibrada. De lo contrario, correríamos el peligro de que las máquinas se apoderasen del nuevo “mundo”.
Citando al autor, “el mundo de la máquina corresponde al amor del hombre, atendiendo prontamente sus deseos y caprichos, proporcionándole riqueza” (Marshall McLuhan, Ibídem). Teniendo en cuenta esto, podemos considerar la necesidad del hombre de crear máquinas que simplifiquen y aceleren su trabajo manual. Ya no resulta tedioso y cansador crear pieza por pieza como lo hacían los artesanos. Ahora, el trabajo en serie y las máquinas que lo realizan nos solucionan esta tarea: se podría decir que cumplen con las mismas funciones de las mencionadas extensiones. La desventaja principal es que ante esta situación es necesario encontrar otras fuentes de empleo o instruir a los ya empleados para no terminar desplazados del nuevo sistema.
Así, estamos acercándonos a la fase final de las prolongaciones del hombre, o sea, la simulación técnica de la conciencia, cuando el desarrollo creador del conocimiento se extienda colectiva y conjuntamente al total de la sociedad humana. (Marshall McLuhan, Ibídem)
2) Medios electrónicos y nuevas tecnologías: lo frío y lo caliente
Mcluhan hace una distinción entre medios “fríos” y medios “calientes” basada en el grado de participación del implicado en este tipo de comunicación.Los medios
cálidos o calientes son aquellos que prolongan o amplían un solo sentido en alta definición, entendida esta última, como el estado del ser bien abastecido de datos. Estos medios no dejan tanta cosa que el público deba completar: por lo tanto, son medios de poca o baja participación. Son ejemplos de medios cálidos la radio, el cine, la fotografía, entre otros. (Marshall McLuhan, Ibídem)
Un medio frío es todo lo contrario: requiere más participación para completar y entender el mensaje. Por ejemplo, la escritura por ideogramas o jeroglíficos, la televisión, Internet, el teléfono, y más (Marshall McLuhan, Ibídem)
Estos medios funcionan como traductores de la realidad o realidades que acontecen en el entorno. Según Shakespeare todo lo existente en el mundo se puede reproducir en diversos niveles y estilos (Marshall McLuhan, Ibídem). En esta nueva era plasmamos esta idea en los programas de televisión, el cine, Internet (blogs, redes sociales, foros, chat, entre otros formatos) que se producen masivamente. En consecuencia, todo el mundo se convierte en una especie de familia humana con una sola conciencia, lo cual nos remite al concepto de aldea global.
Con esto podemos afirmar que ya no importan las distancias físicas y geográficas ni la temporalidad y el idioma: todos podemos estar conectados con todos y entendernos en lenguajes compartidos que no siempre son los propios de cada nación o región. El tema de las parodias y el humor en Youtube es un ejemplo de producto o creación que trasciende las fronteras nacionales y alcanza a un público masivo, impensable en otros tiempos (Damián en “El arte de las parodias en Youtube. El caso «Trololo»”.
Retomando el tema de los medios eléctricos, puntualizaremos el caso de la televisión, que a nuestro entender sigue siendo uno de los medios masivos hegemónicos a pesar de la irrupción de Internet.
Teniendo en cuenta la ponencia “La televisión, ese axolotl”, podemos decir que este medio funciona como un hipnotizador. Este efecto surge a partir de su capacidad para crear nuevos ambientes: la televisión aísla un sentido de todos los demás. El espectador, en este nuevo espacio mediático, se identifica con lo que ve y se convierte en testigo y participante de los hechos más importantes que acontecen en la pantalla (Stefanía Sahakian en “La tv, ese axolotl”). Por ejemplo: ante la noticia de un hecho policial escandaloso, que cobra dimensiones enormes, el hombre puede sentirse interesado o atrapado y convertirse en “un investigador más” de la causa. Se dice entonces que el sujeto entra en simbiosis con el medio, que lentamente urde una relación de dependencia con el espectador[1] de manera voluntaria.
Al igual que las prolongaciones del cuerpo mencionadas anteriormente, el telespectador se siente seducido, atraído por lo que la pantalla refleja como extensión suya. Se produce una mímesis con el ambiente que observa, se integra a él, se lo apropia (Estefanía Sahakian, Ibídem). Para citar un ejemplo: a menudo sucede que quien se compenetra o se vuelve fanático de una novela o tira televisiva se identifica con el protagonista o con un personaje determinado; es decir que hace suyo el espacio de la ficción.
Centrémonos ahora en las “nuevas tecnologías”. Éstas son las vedettes de la cultura contemporánea, han logrado acaparar toda nuestra atención y volverse casi “adictivas” y completamente necesarias para desarrollar nuestra vida cotidiana. Con la conquista de Internet se han multiplicado: se ha producido una proliferación de las llamadas redes sociales, que permiten una participación masiva de todos los usuarios generando una comunidad tecnológica. Facebook, MySpace, Twitter o Youtube son algunos de los fenómenos sociales que podemos citar.
Una de las características que se observan en estas redes es la posibilidad de convertirlas en sitios o espacios de denuncia social o para organizar movilizaciones. El contenido político es uno de los actores que aparece fuertemente en Twitter, tanto desde el grueso de la población como desde el escenario de los funcionarios y del gobierno. Esta red nos permite expandirnos más allá de nuestro círculo habitual de relaciones: podemos contactarnos con artistas, políticos, escritores, fans de determinadas personalidades, etc. Estos dos aspectos se relacionan íntimamente con el concepto de aldea global usado por Mcluhan. Es decir, se requiere de un diálogo más estrecho entre los usuarios además de extender la conciencia misma para aprovechar al máximo todas las oportunidades que nos brinda el medio (Marshall McLuhan en La aldea global).
Con esto podríamos decir que se conforman dos mundos: el mundo real, de las personas de carne y hueso, un mundo en donde la interacción social es entendida como una interacción cara a cara, más cercana, que necesita constantemente el contacto con el otro; y otro mundo digital, que complementa el mundo real, en donde los hombres se transforman en usuarios, en meros “nicknames” que solamente comparten su información, lo que piensan, sus ideas, a través de las interfaces y formatos de las redes sociales, muchas veces restringidas a una cierta cantidad de caracteres. Aquí ya no se necesita el contacto personal, basta con describir nuestras preferencias, nuestra ideología o religión, y completarlo con nuestra mejor foto de perfil. El resto queda librado a la imaginación de quien quiera interactuar y a la magia de Internet.



Bibliografía

Fraticelli Damián. “El arte de las parodias en Youtube. El caso «Trololo»” en en Dispositivo-McLuhan. Recuperaciones y derivaciones, Rosario. Editorial de la Universidad Nacional de Rosario.McLuhan Marshall (1996) Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano,Bs As: Paidós (1ra edición en inglés 1964).McLuhan, M. (1969) Contraexplosión. Bs As: Editorial Paidós
Estefanía Sahakian .“La tv, ese axolotl”en en Dispositivo-McLuhan. Recuperaciones y derivaciones, Rosario. Editorial de la Universidad Nacional de Rosario.




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