Este sitio fue creado como herramienta y espacio de trabajo para alumnos de la materia Epistemología de la Comunicación de la Licenciatura en Comunicación Social de la UNR. En el mismo se pretende que los alumnos se apropien de los distintos recursos que provee la web para la realización de un trabajo especial sobre las jornadas McLuhan - Rosario 2011 - "Soy un investigador que arroja sondas....No explico, exploro..." -

viernes, 26 de agosto de 2011

El aula sin muros-Educación y Tecnología

INTEGRANTES:
GRECCO, Francina (comisión NOCHE)
MIRANDA, Rosario (comisión MAÑANA)
RUIZ, Paloma (comisión MAÑANA)

“La tarea educativa no es exclusivamente proporcionar
instrumentos básicos de percepción,
sino también desarrollar el razonamiento
y la facultad de discriminación con la experiencia social normal”
M. McLuhan

Para dar comienzo a este informe se procedió a seleccionar uno de los tópicos propuestos por la cátedra. Luego de un debate entre los miembros integrantes del grupo finalizamos por optar por aquél denominado: “Educación y Tecnología”. Resultándonos este un tema atractivo por las diversas aristas desde las cuáles puede ser abordado, decidimos dar cuerpo a este texto explicando algunos de los conceptos más relevantes y destacados propuestos por Marshall McLuhan en torno a esta temática.

Para poder iniciar este desarrollo consideramos pertinente delimitar ciertos conceptos, para ellos nos dirigimos a la Real Academia Española, que define:
Educación: (Del lat. educatĭo, -ōnis).
1. f. Acción y efecto de educar.
2. f. Crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y a los jóvenes.
3. f. Instrucción por medio de la acción docente.
Tecnología:
1. f. Conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico.
2. f. Tratado de los términos técnicos.
3. f. Lenguaje propio de una ciencia o de un arte.
4. f. Conjunto de los instrumentos y procedimientos industriales de un determinado sector o producto.
En relación a la relación establecida entre estos dos conceptos -hoy en día intrínseca- Marshall McLuhan desarrolló una serie de concepciones.
El puntapié inicial que da lugar al desarrollo de los escritos del autor en relación a los nuevos medios que dan soporte a la educación y su correspondencia con la tecnología parte de la relación establecida a través de los años entre los jóvenes y el lenguaje, los jóvenes y los textos y el modo en que ésta ha ido mutando a lo largo de los años. En una primera instancia se remonta a la Edad Media, en la cuál establece era imposible que los distintos estudiantes y las distintas instituciones obtuvieran ejemplares similares de un mismo libro. Los dictados eran el modo privilegiado de transmitir el contenido de información incluido en comentarios y manuscritos. Los estudiantes apelaban a su memoria para retener los textos. La oralidad era, casi en su totalidad, la manera de efectuar la instrucción, y el contexto en el que la misma se llevaba a cabo era grupal. Sólo los sabios tenían reservado para ellos el hábito del estudio solitario. Los primeros libros impresos constituyeron «subsidiarios visuales» para la instrucción oral.
Previamente a la aparición de la imprenta, el modo de aprehensión y aprendizaje de los jóvenes era observando, actuando y escuchando. La clara división y paralelismo entre un mundo visual y otro auditivo fueron a la vez repentinos y despiadados, culturalmente hablando. La palabra fonéticamente escrita sacrifica mundos de significado y percepción que quedaban firmemente sujetos en formas como el jeroglífico o el ideograma chino. La enseñanza tenía lugar fuera de las aulas, sólo aquéllos que querían hacer una carrera profesional iban a la escuela. Hoy en día, la mayor parte de la enseñanza tiene lugar fuera de la escuela. La prensa, las revistas, las películas, la televisión y la radio comunican cierta cantidad de información que excede en gran medida a la comunicada por la instrucción y los textos en la escuela. Este escenario ha destruido el monopolio del libro como refuerzo a la enseñanza y ha derribado los propios muros de las aulas de un modo extremadamente repentino, que sin lugar a dudas lleva al desconcierto.
La imprenta significó la posibilidad de uniformar los textos, las gramáticas y los diccionarios, presentándolos visualmente a todos los que los pidieran. El aula, tal como nosotros la conocemos, era un subproducto de la imprenta. Solamente un siglo después de haber empezado la imprenta de tipos móviles pensaron los impresores en utilizar la paginación para los lectores. Antes de eso la paginación se utilizaba sólo para los encuadernadores. Con la imprenta, el libro dejó de ser algo que debía memorizarse y se convirtió en una obra de referencia.
En relación a esto el profesor Luis Baggiolini desarrolló en su ponencia, llevada a cabo en las Jornadas McLuhan Rosario, una nueva instancia de apropiación del texto, hoy en día el mismo presenta un formato digital, leído en pantalla, que posee ciertos rasgos que permiten configurar nuevos hábitos o rutinas de lectura. Cuando la extensión del texto supera el tamaño de una pantalla comienza a operar el hábito adquirido por la cultura libresca: se pasa de la lectura en superficie a la lectura en profundidad, y ésta, al menos hasta ahora, se realiza sobre un texto impreso. Esta práctica de lectura pre-imprenta se contrapone con un rasgo post-imprenta: se va desdibujando la estandarización que construyó la imprenta.
El libro impreso fue un nuevo medio visual disponible para todos los estudiantes, e hizo anticuada la educación anterior. El libro fue literalmente una máquina de enseñar, allí donde el manuscrito fue tan solo una primitiva herramienta para la enseñanza.
Los medios de comunicación, lejos de ser considerados una forma auténtica de educación pasan a ser contemplados como modos de entretenimiento. Hoy podemos comenzar a darnos cuenta y a percibir que los nuevos medios no son simplemente una gimnasia mecánica para crear mundos de ilusión, sino nuevos lenguajes dotados de un nuevo y único poder de expresión. La película, igual que el libro, es un mecanismo de duplicación. La aparición de la imprenta trajo aparejados cambios no sólo en el volumen de la escritura sino. Si los “medios de comunicación de masas” sirvieran solamente para debilitar o corromper niveles anteriormente alcanzados de la cultura verbal y de la imagen, no sería porque haya en ellas nada inherentemente malo, sería porque no hemos podido dominarlas como nuevos lenguajes para integrarlas en la herencia cultural global.
Luis Bagglioni señaló que McLuhan entendió la irrupción creciente de las tecnologías de comunicación en nuestras vidas. No se ocupó tanto de “medir su fuerza”, de calcular las proporciones de sus componentes o la inercia de su movimiento en los “receptores”. Tampoco se preocupó por su contenido, es decir, por los mensajes que contienen. Su interés se ubicó en aquellos artificios tecnológicos (medios) que día a día, y de manera intensa y creciente, se integraban a nuestro yo (corpóreo, psicológico, simbólico). Al respecto Alvaro Gascue Quiñones manifiesta que con la difusión de Internet ha surgido una nueva forma de comunicación interactiva caracterizada por la capacidad de enviar mensajes de muchos a muchos, en tiempo real o en un momento concreto, y con la posibilidad de usar la comunicación punto a punto y personalizada.
Es por eso, que estos avances, analizados de un modo específico, determinan una estrategia cultural básica para la enseñanza. Con la aparición del libro impreso, se vieron amenazados los procedimientos orales de la enseñanza y se creó la escuela tal como en la actualidad la conocemos. En lugar de preparar su propio texto, su propio diccionario, su propia gramática, el estudiante empezaba a trabajar con estos instrumentos. Podía estudiar no sólo uno sino varios lenguajes. Las buenas y malas características de forma y contenido de los nuevos medios, combinados sutilmente con otras artes y técnicas narrativas, podrían haberse convertido en un instrumento importante para el docente.
Saberse expresar y tener capacidad de distinguir en asuntos cotidianos y en materia de información es sin duda el distintivo del hombre educado. Suponer que existe una diferencia sustancial entre la educación y la diversión es caer en un error. Esta separación no hace más que liberar a la gente de su responsabilidad de entrar en el fondo del asunto. Es lo mismo que establecer una distinción entre la poesía didáctica y la poesía lírica basándose en que la una enseña y la otra divierte. Y, sin embargo, nunca ha dejado de ser cierto que lo que agrada, enseña de modo mucho más efectivo. La verdadera transferencia de saber y el cambio que se ha producido en los procesos mentales y en la actitud mental, ha sido por entero subconsciente.
En el aula, los círculos oficiales suprimen toda su experiencia natural; los niños están divorciados de su cultura. No se les permite acercarse a la herencia tradicional de la humanidad por la puerta de la conciencia tecnológica; esta puerta, la única abierta para ellos, se les cierra en las narices.
Los estudiantes así preparados por la tecnología de la imprenta serían capaces de traducir toda clase de problemas y experiencias al nuevo modo visual de orden lineal.

BIBLIOGRAFÍA:
McLuhan, M. “La comprensión de los medios como extensiones del hombre”, México, Diana, 1969.
McLuhan, M. Carpenter, E: “EL AULA SIN MUROS: Investigaciones sobre técnicas de comunicación”, EDITORIAL LAIA, BARCELONA, 1974

Para dar comienzo a
A continuación les dejamos el video que armamos para acompañar el informe:

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